Muchas veces nos ponemos a pensar en qué hacer con nuestros ahorros. Una opción es realizar un depósito en el banco que genere un interés determinado. Otra sería contratar a un asesor especializado en inversiones que administre nuestro dinero bajo una comisión de gestión. Otra sería gestionarlos directamente, que podría ser la menos utilizada por su complejidad y la diversidad de posibilidades para invertir. Debes considerar que, mientras descubres tu forma de invertir, encontrarás muchos cursos o información que sugieren poder obtener altos rendimientos al mínimo esfuerzo, pero la realidad es que necesitas encontrar una forma que se ajuste a tu perfil inversor y minimizar errores.
Déjame compartir mi experiencia personal, no solo en inversiones sino en la vida laboral. Para cumplir tus objetivos siempre se necesita esfuerzo y dedicación, aunque ahora en el campo de las inversiones nada te asegura altos rendimientos al mínimo riesgo. Esta incertidumbre puede ahuyentar a muchas personas de querer hacerlo por su cuenta; en el camino, muchos llegan a los gurús o asesores que creen saber el futuro o rumbo del mercado, generando estrategias de compra y venta constante de activos, cuando lo único que generan es un costo adicional por comisiones. Esto se puede denominar inversión activa, en donde se busca comprar el futuro gran ganador del mercado e intentar salir antes de su caída, analizando gráficos, estados financieros, indicadores financieros, entre otros. Aunque no dudo que se pueden generar altos rendimientos, estos deberían ser constantes en el tiempo. Ahí está la dificultad para alguien que no busca estar siempre pendiente de sus inversiones.
Inversión Pasiva
En esta ocasión, quiero mostrarte una forma de inversión conocida como inversión pasiva, en donde buscamos invertir en activos financieros indexados mediante una estrategia que invierta en diferentes clases de activos como renta variable, renta fija, cash o commodities.
La renta variable es la inversión en acciones de empresas que cotizan en bolsa. La renta fija es la inversión en la compra de bonos que pueden ser emitidos por empresas o gobiernos. Cash se puede representar por el dinero en efectivo en una cuenta de banco y que genera un interés bajo o letras del tesoro de una corta duración. Finalmente, los commodities, que están representados por el oro, se cotiza en el mercado mundial, sea oro físico o productos que replican el precio del oro con los ETFs.
También debemos entender qué son los índices, o la representación de un grupo de activos que siguen una metodología de inversión y estrategia determinada con una ponderación entre sus activos que debe ser rebalanceada periódicamente, generando un valor que representa el desempeño de dicho mercado. Por ejemplo, en renta variable podríamos mencionar al índice SP500, que busca medir el rendimiento de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos con una estrategia y ponderación especifica. Uno no puede invertir directamente en un índice porque solo es un factor de medición. En la práctica hay dos formas para replicar el índice: la primera, más compleja, sería comprando las 500 acciones más grandes de Estados Unidos y llevar la misma metodología de inversión que usa el índice. La segunda, sería mediante los fondos mutuos indexados o los ETF indexados que buscan replicar el índice a una comisión muy reducida y nos dan la posibilidad de invertir al comprarlos. Lógicamente, el rendimiento será un poco menor a los índices por la comisión que cobra quien gestiona estos productos.
Sigamos avanzando. Ya empezamos a hablar de fondos mutuos o ETF indexados. Este tipo de productos de inversión buscan el acceso a la inversión indexada mediante la replicación de dichos índices, como vimos en nuestro ejemplo el SP500. Por lo tanto, en vez de comprar las 500 empresas del mercado americano, este fondo hace ese trabajo por ti y lo cotiza en bolsa a precios más accesibles. Por ende, si uno quisiera invertir en el SP500 podría comprar el ETF SPY e invertir 550 USD en este índice, siguiendo su estrategia de inversión pasiva. Similarmente, también tenemos un índice que mide el desempeño de los bonos del tesoro americano a 20 años. Si quisiéramos invertir y replicar el desempeño de este activo de renta fija, podríamos hacerlo comprando el ETF TLT desde aproximadamente 100 USD. Ninguno de estos ejemplos requiere de una gran inversión para tener acceso a estos activos de forma muy diversificada y eficiente.
Como podemos ver, hemos elegido una estrategia pasiva indexada. El siguiente paso sería la asignación de activos, más conocida como el asset allocation. Aquí también hay una gran diversidad de estrategias, pero vamos a reducirlo al nivel de riesgo que puede soportar un inversor. Hay tres posibilidades: realizar un portafolio conservador, moderado o agresivo, dependiendo del porcentaje que se le asigna a la renta variable y a la renta fija. Por ejemplo:
- Portafolio Conservador: 70% renta fija, 30% renta variable.
- Portafolio Moderado: 50% renta fija, 50% renta variable.
- Portafolio Agresivo: 30% renta fija, 70% renta variable.
La renta fija es menos riesgosa que la renta variable, y por eso en el portafolio conservador tiene un mayor peso. En el portafolio agresivo sucede lo contrario; el mayor peso se le da a la renta variable porque históricamente su rendimiento ha sido mayor, y la volatilidad o riesgo de tener etapas donde la inversión genera pérdidas ha sido mayor en la renta variable que la renta fija. Normalmente, a mayor rentabilidad, mayor riesgo, y a menor rentabilidad, menor riesgo. En esos casos debemos entender cómo se mide la rentabilidad para el desempeño de su portafolio y cómo se mide el riesgo o volatilidad de este.
A pesar de que en el ejemplo anterior les mencione tres tipos de portafolio, existen también otros que representan una combinación de clases de activos con diferentes objetivos. Por ejemplo:
- Portafolio Bogle: 40% renta fija, 60% renta variable.
- Portafolio Permanente: 25% renta fija, 25% renta variable, 25% cash, 25% oro.
- Portafolio Golden Butterfly: 20% renta fija, 20% cash, 40% renta variable, 20% oro.
Este tipo de portafolios buscan un equilibrio entre una rentabilidad aceptable para un nivel de riesgo no tan elevado, dependiendo del perfil de riesgo del inversor. Se puede elegir esta u otra forma de asignación de activos que permitan al inversor tener la esperanza futura de rendimientos aceptables a riesgos controlados.
Ejemplo
Repasemos un poco lo realizado hasta el momento. Hemos elegido una forma de inversión pasiva, que debe realizarse en productos de inversión indexados que buscan replicar al índice al que se comparan a un bajo costo. Dependiendo del perfil del inversionista y su apetito de riesgo, se realiza la asignación de activos mediante la elección de la estrategia.
Tomemos como ejemplo el portafolio Bogle, que es 40% renta fija y 60% renta variable. El siguiente paso sería elegir qué producto de inversión queremos para estar dentro de cada clase de activo. Por ejemplo, para la renta fija podríamos elegir invertir en bonos del tesoro americano de 10 años mediante el ETF de nombre IEF. Por otro lado, para la renta variable elegiríamos invertir en un índice que replique el SP500, y podríamos elegir el ETF de nombre VOO. En este punto ya tenemos una estrategia de inversión pasiva indexada baja en comisiones.
Si quisiéramos invertir en este momento, tendríamos un portafolio con nuestra estrategia de Bogle 40/60, con 40% en el ETF IEF y 60% en el ETF VOO. Si queremos invertir, por ejemplo, 10 000 USD, tendríamos que comprar el equivalente de 4 000 USD en IEF y 6 000 USD en VOO. Lógicamente, debemos tener una cuenta de inversión y tener los fondos disponibles. Hay que recordar que los ETF funcionan como acciones y no se pueden comprar en fracciones. Por otro lado, se cotizan diariamente y su precio va cambiando, por lo que, en este ejemplo, el precio al que cotiza el IEF es de 94.16 USD x acción y el VOO es de 509.84 USD x acción. Si queremos que el 40% sea renta fija, solo se podrían comprar 42 acciones de IEF y 11 acciones de VOO que darían una inversión inicial de 42x94.16 = 3 954.72 USD en IEF y 11x509.84 = 5 608.24 USD en VOO, haciendo una inversión total de 9 562.96 USD y un cash o disponible de efectivo de 437.04 USD.
Debemos tener en cuenta conceptos como rentabilidad y riesgo en nuestras inversiones. Los portafolios Bogle muchas veces se usan para comparar estrategias; a esto se le conoce como benchmark. Por ejemplo, si decidimos invertir en una estrategia del portafolio permanente, podríamos hacer un análisis histórico de su desempeño versus su benchmark, que podría ser la estrategia Bogle. Esto nos facilita información de la rentabilidad y riesgo de estos portafolios. Tomando data histórica entre diciembre 2013 a diciembre 2023, encontramos que el portafolio Bogle tuvo una rentabilidad promedio anual de 8.05% y una volatilidad anual de 9.67%. Por otro lado, el portafolio permanente tuvo una rentabilidad anual de 5.47% y una volatilidad anual de 7.57%.
El siguiente grafico muestra la evolución de ambos portafolios asumiendo que empiecen con una inversión inicial de 10 000 USD cada uno. Se realizan rebalanceos mensuales y no hay aportación ni retiro de dinero en todo el periodo de análisis. También podemos observar que, históricamente, el portafolio Bogle tuvo una rentabilidad mayor al portafolio permanente, pero con mayor volatilidad. Estos conceptos nuevos lo iremos desarrollando al compartir más información, pero es útil que vayamos conociéndolos.
Listo, con esto tendríamos un portafolio de inversión pasiva e indexada que irá variando día a día en la medida que los precios de nuestros ETF suban o bajen. La renta variable puede generar ingresos por dividendos, mientras que la renta fija genera ingresos por intereses depositados a los inversores periódicamente, lo cual genera un rendimiento adicional a la variación de precios, conocido como ganancia de capital. Como podrás imaginar, ambos ETF pueden subir o bajar en diferente proporción y sentido, así que al pasar el tiempo nuestra estrategia que comenzó en un 40% renta fija y 60% renta variable se convierte en un 35% en renta fija y 65% en renta variable. En estos casos, necesitamos rebalancear el portafolio, vendiendo lo que ha subido y comprar lo que ha bajado en la proporción exacta para que el portafolio regrese a su estrategia inicial de 40% renta fija y 60% renta variable.
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Sé que he puesto varios conceptos que no he profundizado, pero el objetivo es que tengas una idea de cómo se implementa un portafolio de manera general y que nos sirva de base para seguir publicando más información y conceptos específicos en cada blog para quien quiera seguir aprendiendo del mismo. Otros temas que abarcaríamos podrían ser las diferencias entre un fondo mutuo y un ETF, el manejo de las comisiones, formas de medir el rendimiento y riesgo de nuestro portafolio, cómo buscar los ETF que queremos invertir y cómo analizar históricamente las estrategias de inversión que, aunque no asegure que su desempeño futuro sea igual, nos permita definir nuestra asignación de activos.
Hay herramientas gratuitas y de pago que puedes utilizar y que iré compartiendo más adelante. Espero que te haya gustado y seguiré compartiendo más información.